Teniendo en cuenta los cuidados que hoy se tienen por el medio ambiente, surgen aplicaciones buscan aprovechar los desechos y convertirlos en recursos utilizables. Un biodigestor busca darle un grado de limpieza a las aguas que llevan residuos orgánicos, brindando además una oportunidad de generar energías más limpias.

Queremos que conozcas un poco más acerca de los biodigestores y cómo estos ayudan a economizar y cuidar el medio ambiente. ¡Sigue leyendo!

¿Para qué sirve un biodigestor?

Un biodigestor es un sistema que permite aprovechar los desechos orgánicos. Aquellos lugares en donde no existe una infraestructura de drenaje, los desechos suelen descargarse en fosas sépticas o al aire libre. En el primero, se requiere mantenimiento y limpieza constante; en el segundo, se generarán malos olores o atraer fauna perjudicial para los seres humanos, como ratas o cucarachas.

Si se cuenta con un sistema de alcantarillado, el biodigestor ayuda a que el drenaje no se obstruya lo que mejora el posterior tratamiento del agua.

Es importante que el agua del drenaje sea tratada, pues generaría un riesgo de contaminación sobre las aguas de lluvias, ríos, lagos o mares. Esto conllevaría a perjudicar a las especies que viven en ellos. Por lo general, primero llegan a plantas para ser tratadas antes de incorporarse a cuerpos de aguas naturales.

Con un biodigestor, se realiza un tratamiento primario del agua que favorece al cuidado del medio ambiente y evita la contaminación de mantos freáticos. Además, de los residuos se puede extraer fertilizante para las plantas.

Cómo funciona un biodigestor? – Proyecto FSE

Producción de biogás

Los biodigestores, además del tratamiento de aguas, pueden cumplir con la función de producción de biogás. Los biodigestores, al momento de tratar las aguas, generan un ambiente biológico activo que provoca una fermentación anaerobia por acción de microorganismos. Con ello, se produce gas metano (biogás) y otros líquidos que se pueden usar como fertilizantes.

El biodigestor se alimenta con los residuos de casa y agua y se inocula (contamina) con bacterias metanogénicas que descomponen la materia orgánica y forman el metano. Luego, estos gases se conducen para ser aprovechados en aplicaciones como motores u hornillas a gas.

Fuente: Agronet y Rotoplas.

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